sábado, 31 de enero de 2015
martes, 6 de enero de 2015
lunes, 5 de enero de 2015
Inicio de esta bendita locura
La devoción que procesamos a la Santísima Virgen de la Cabeza nos viene por tradición familiar, particularmente por parte de mi abuelo materno Benjamín. Desde que era muy joven, si no recuerdo mal desde que tenía 16 años, las ha ingeniado de mil maneras para no faltar ni un solo año a la cita con La Morenita. Recuerdo como si fuese ayer la primera vez que fui al Santuario, de su mano obviamente. Tenía unos 7 años y aquel año 87 me estrenaba como romero junto a mis padres y toda mi familia. Recuerdo que ese año fuimos muchos miembros de mi familia... tías, primos, abuelos incluso mis bisabuelos. La primera imagen que tengo de la virgen y que se me quedó grabada en la retina fue cuando entré al camarín y estaba vestida de blanco y rojo. Las historias que mi abuelo me había contado de La Virgen y el entorno donde Ella está ubicada, despertó el interés desde tan temprana edad. Era evidente que en aquel camarín, mi abuelo y La Virgen sembraron en mí lo que hoy es un gran sentimiento cofrade y mariano. Desde aquel año 87, todos y cada unos de los años sucesivos subíamos al cerro cada último domingo de Abril para ver la romería de La Morenita. Cuando faltaba un mes para el evento, me ponía muy nervioso y se me me hacían eternas las semanas y los días, estaba deseando de que llegase ese último sábado de Abril para subir hasta Andújar. Así pasaron los años y crecí hasta que por desgracia, por tonterías de juventud, o por dejadez, dejé apartada a la que desde pequeño había sido una devoción y dejé de subir al cerro aunque la Virgen de la Cabeza siempre la llevaba muy adentro. Mi abuelo aun así siguió subiendo año tras año como venía haciendo desde su más temprana juventud hasta un fatídico día, en el año 2009 enferma y es diagnosticado de un cáncer de próstata. Ese año ya no pudo subir a la romería, los médicos no daban mucha esperanza de vida. Toda la familia se encomendó a la Virgen de la Cabeza y como si de un milagro de la Morenita se tratara, cuando todo se daba por perdido mi abuelo recibió una llamada del hospital. Le propusieron un tratamiento experimental con el que sólo se había tratado a un joven en Andalucía. Querían probar qué efectos tendría en el tumor de un hombre mayor y advirtieron a la familia de todos las contraindicaciones que aquello podía traer. Como todo se daba por perdido, mi abuelo tomó la decisión de seguir adelante con esta nueva oportunidad y no esperar un fatal desenlace. Habían pasado ya unos 12 años desde que subí por última vez al cerro así que prometí a La Santísima Virgen que si mi abuelo salía de aquello, personalmente lo subiría a Sierra Morena siempre que él quisiera... daba igual que lloviera... que fuese romería.... que no lo fuese.... que fuese la fiesta de La Aparición... me daba igual, yo quería que mi abuelo saliese adelante. Así que tras un año intenso de médicos, reacciones alérgicas por el tratamiento y demás contraindicaciones, mi abuelo que lo daban por desahuciado, salió adelante. Aquello fue un milagro, no nos cabe ninguna duda y la Virgen de La Cabeza estaba detrás de todo aquello. Así que el 21 de mayo de 2010, mi abuelo volvió a subir al camarín de la Virgen y tuve el gran honor de acompañarlo tal y como le prometí. Desde aquel día, no hemos faltado ni una sola vez a la Romería ni a la fiesta de su Aparición. El sábado de antes de Romería, nos subimos por la mañana temprano a la Sierra con nuestra tienda de campaña los dos solos, acampamos donde podemos y allí pasamos un fin de semana mariano lleno de emociones y agradeciendo siempre a la Virgen que no se lo llevase y nos permita seguir disfrutando de sus historias, de su sabiduría y su compañía. Pero a finales de Agosto del año 2013 esta enfermedad tan nefasta vuelve a tocar a mi familia; en este caso a mi tía Filomena, hija de mi abuelo Benjamín y hermana menor de mi Madre. Fue diagnosticada de leucemia, aquello supuso un palo de medidas descomunales en nuestra familia, porque aunque no lo he dicho, siempre hemos sido todos una piña y por suerte exceptuando lo que le pasó a mi abuelo, nunca hemos tenido familiares afectados por enfermedades tan agresivas. La enfermedad de mi tía, para mi fue algo tan doloroso como si le hubiese pasado a mi madre. Mis padres han trabajado en el negocio familiar desde hace 32 años y mi tía Filo, ha sido siempre la que ha estado al pie del cañón ayudando a mi madre. Es por ello que la relación que tenemos mi hermano y yo con ella es mucho más estrecha que la de tía y sobrino. Así que ante la desesperación y el dolor de pensar que podía perder a mi tía por esta enfermedad, volví a encomendarme a la Virgen de la Cabeza. En esta ocasión le prometí el encargo de una imagen similar a Ella, para tenerla en casa como devoción particular y sentirla mucho más cerca. Me puse en contacto con el escultor veleño Israel Cornejo y aunque en un principio se mostró reticente al encargo, finalmente aceptó. Fueron muchos los meses de ingreso de mi tía en el hospital, sufriendo los agresivos sueros que le hicieron perder el pelo, perder peso, la llevaron a una depresión pero aunque todo pintaba muy negro, salió adelante y hoy día goza de una salud de hierro. Una vez más, el Manto Sagrado de la Virgen de la Cabeza protegió a mi familia y mi tía sigue entre nosotros. Así que el 5 de enero de este año, en compañía de mis grandes amigos y hermanos, Fran Lebrón, Paco y Mabel fuimos hasta Vélez Málaga para recoger la nueva imagen de la Santísima Virgen. Quiero agradecer desde este blog a mis amigos por el apoyo incondicional que me han demostrado a mi y el cariño y devoción a la figura de la Virgen
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